Un robo fallido años atrás y un botín escondido cruzarán a un investigador implacable con una banda de criminales dispuestos a todo para recuperarlo.
La historia arranca a toda potencia: Pablo Gorland, empresario argentino y dueño de un hotel-casino en ruinas en Atlántida, Uruguay, es brutalmente atacado en la playa. Su proyecto de renovación había encendido un polvorín: obreros, abogados e incluso su propia hermana Irene desconfiaban de sus movimientos financieros. Una noche, un grupo de hombres lo golpea casi hasta matarlo, advirtiéndole que abandone el hotel. Pablo queda en coma en un hospital de Montevideo, e Irene decide que no va a esperar a que la justicia actúe. Contrata a Harrison Rey, un investigador privado con un pasado turbio y métodos letales, para localizar —y eliminar— a los culpables.
En Atlántida, Rey destapa un pasado oculto: décadas atrás, el casino fue escenario de un robo cuyo botín jamás apareció. Entre los implicados estaba Soria, El Colorado Echeveste y Víctor Maldonado. Su infiltrada era Julieta, crupier del casino y amante de Soria, que les pasaba información interna para un nuevo golpe. El plan era audaz: entrar al casino, reducir a cajeros y guardias, esconder el dinero tras paneles y retirarlo después. Ni Echeveste ni Maldonado sospechaban que Soria y Julieta quieren quedarse con todo.
El día del asalto, Soria y Echeveste irrumpieron encapuchados en la sala donde guardaban los dólares del casino. Omar, el guardia, reconoció a Soria como pareja de Julieta y lo dijo en voz alta: error fatal. Soria lo ejecuta para silenciarlo, y los disparos alertan a todo el mundo dentro del casino. Consiguen guardar el dinero detrás de unos paneles en el mismo casino, pero la huida se convierte en caos: estalla un tiroteo, Echeveste muere y Soria es capturado herido, mientras Maldonado logra escapar.
Años después, en prisión, Soria recibió la visita del abogado Bentancor, enviado por Julieta Martínez. Ella ha muerto, pero le deja un mensaje inquietante: “Nunca lo moví. No te preocupes que no se pudre”. El dinero sigue donde lo escondieron. Soria guarda el secreto y amenaza al abogado si intenta buscarlo. En su celda conoce a Fermín, un joven que se convierte en su leal compañero.
Años después, Soria sale de prisión y, junto a Maldonado y Fermín, vuelve al hotel-casino en ruinas para recuperar el botín. No está donde lo dejaron en su momento, pero a Soria se le ocurre una idea: “no se pudre”… El dinero lo puso Julieta en la cámara frigorífica. El trío baja a las cocinas, nervioso por descubrir el dinero. Lo que no saben es que Rey, siguiendo órdenes de Irene, ha descubierto su plan y los sigue de cerca. Rey les alcanza y todo estalla en un violento tiroteo: Rey mata a Fermín, hiere a Maldonado. Soria se refugia en la cámara frigorífica a oscuras, donde entra Rey para matarlo. Pero antes de morir, Maldonado cierra la puerta de la cámara frigorífica con Rey y Soria dentro.
Ahora, Rey y Soria se ven obligados a cooperar para no congelarse. Prenden una fogata con madera, trapos y parte del dinero. Afuera, el silencio es absoluto. La pregunta es: ¿vendrá alguien a rescatarlos, o su última batalla se librará contra el frío?
DATOS RELEVANTES: Rodolfo Santullo es uruguayo, periodista, escritor, historietista y guionista de televisión y cine. Ha publicado sus obras en países como Argentina, Brasil, EE. UU., Reino Unido, Francia, Dinamarca, España, Alemania y China.
Luces de Neón es un thriller noir que combina acción, tensión y giros constantes, repleto de personajes de moral ambigua y trasfondo criminal. La trama es perfectamente adaptable al audiovisual en un producto intenso y cargado de suspense. La estructura fragmentada y los saltos entre el pasado y presente mantienen al lector, y a la audiencia, atrapada hasta el final.
POTENCIAL AUDIOVISUAL: Serie TV, Miniserie, Film, TV Film.
IDIOMAS DISPONIBLES: Español.

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