La biografía novelada de Amrita Sher-Gil, la pintora indo-húngara que rompió con todas las normas para crear una obra libre, sensual y revolucionaria entre Europa y la India.
Amrita Sher-Gil fue una artista indo-húngara adelantada a su tiempo, una figura libre, magnética y transgresora. De padre indio y madre húngara, creció entre dos mundos, lo que marcó tanto su identidad como su arte. La novela se abre en el París de los años 80, cuando László Guttman, un anciano judío húngaro y antiguo estudiante de arte, encuentra un retrato suyo pintado por Amrita décadas atrás. Este hallazgo lo sumerge en los recuerdos de su juventud, cuando conoció a Amrita en la Escuela de Bellas Artes de París durante los años 30.
Desde su infancia entre Hungría y la India, Amrita mostró un talento precoz para la pintura. En París, se integró en la vida bohemia, exploró libremente su sexualidad y desarrolló un estilo influido por el postimpresionismo, el cubismo y su propia identidad mestiza. Rechazó el academicismo y también el matrimonio convencional, lo que le trajo conflictos con su familia y la sociedad. Tras varios amores y rupturas —entre ellos, un compromiso con Yusuf Ali Khan y una apasionada relación con el periodista español Salvador Pérez Mombrú—, Amrita regresó a la India decidida a encontrar allí su verdadera voz artística.
Ya en Shimla y más tarde en Lahore, abrazó su herencia india: vestía sari, hablaba con campesinos y retrataba la vida rural con honestidad y dignidad. Su pintura, directa y comprometida, se convirtió en un acto político. Su relación con figuras como Nehru y la artista Emily Kestenholz, así como su matrimonio con su primo Víctor Egan, mostraron su compleja red de afectos, marcada por la independencia y la rebeldía.
Con Víctor se instaló en el Punyab y luego en Lahore, pero la convivencia fue difícil. El aislamiento, la presión familiar —especialmente de su madre— y el desgaste emocional acentuaron su melancolía. En 1941, Amrita murió a los 28 años en circunstancias nunca aclaradas: se habló de peritonitis, aborto clandestino o incluso envenenamiento.
El final de la novela recoge el impacto devastador de su muerte en sus seres queridos y en el mundo artístico. A través de los ojos de László, Emily y otros personajes, La pasión de Amrita construye el retrato de una mujer libre, intensa y transgresora, cuya vida fue demasiado breve para la magnitud de su genio, pero lo bastante poderosa para dejar una huella imborrable.
DATOS RELEVANTES: Alfredo De Braganza nació en Alicante. Acreedor de premios internacionales por su faceta de guionista, productor y director cinematográfico, ha viajado por diferentes países y trabajado en diversos campos. El autor contó con un acceso excepcional a la figura de Amrita Sher-Gil: recibió el permiso expreso de su familia para investigar su vida y tuvo acceso a archivos privados inéditos, lo que le permitió reconstruir con fidelidad y profundidad los momentos más significativos de su trayectoria. Además, realizó una entrevista con la última persona viva que conoció personalmente a Amrita. Esta documentación única convierte la novela en el retrato más completo y riguroso que se ha hecho hasta ahora de la artista.
El relato combina romance, tragedia, crítica social y una atmósfera cargada de sensualidad, lo que lo convierte en una historia poderosa, profunda y con un atractivo transversal para públicos de todo el mundo.
POTENCIAL AUDIOVISUAL: Serie TV, Miniserie, Film, TV Film.
IDIOMAS DISPONIBLES: Español, Húngaro.

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