Tras heredar una casa en Valencia, una psicóloga alemana descubre que su familia le ocultó un secreto sobre su abuela que cambiará su vida para siempre.
Katharina, psicóloga alemana de 38 años, descubre que ha heredado en Valencia un chalet de su tía abuela María, en muy mal estado y de cuya existencia no sabía nada. Afectada aún por la muerte de sus padres y tras perder su empleo, acepta la herencia y se traslada temporalmente a España. Allí inicia la reforma de la casa, entabla amistad con su compañera de piso Sara y con su vecina Virtudes, y mantiene una relación ambigua con Manuel, su abogado, además de un romance incipiente con Luis, periodista que la ayuda a investigar. Un hallazgo en un armario de la casa (un tablero en el que está escrita la frase “Querida Elena: No estoy loca. Te quiere, mamá”) despierta la sospecha de que María pudo ser en realidad su abuela biológica y no su tía abuela. Esto la impulsará a indagar en archivos y en el Hospital Psiquiátrico de Bétera, donde María estuvo ingresada antes de morir.
La investigación de Katharina avanza con algunas dificultades: el hospital se niega a dar información. Pero Luis, con una acreditación como periodista, consigue entrevistar a Amparo, antigua interna que conoció a María. Su testimonio y un manuscrito hallado revelan que María tuvo una hija llamada Elena —madre de Katharina— y que su ingreso en un manicomio fue producto de una injusticia. María había perdido a un segundo hijo, Francisco, y su esposo Juan la culpó de la tragedia. Tras descubrirla hablando con el bebé muerto y serle infiel con Isabel, la niñera, Juan la internó acusándola de locura. Durante casi veinte años, María sufrió electrochoques, aislamiento y humillaciones, hasta ser trasladada al hospital psiquiátrico de Bétera en los 70, donde recuperó cierta dignidad, pero nunca su vida ni a su hija.
El hallazgo de la partida de nacimiento original confirma la maternidad de María. Katharina descubre además que Manuel, su abogado, es hijo de su abuelo Juan e Isabel, y por tanto su tío, lo que rompe su confianza. La aparición de documentos y confesiones de Virtudes y de la propia Isabel completan el rompecabezas: Ángela, hermana de María, y Pablo, su marido, criaron a Elena bajo presiones de Juan, que manipuló la documentación para registrar a Elena como hija de Ángela y Pablo.
Paralelamente, Katharina reconstruye su vida: abre consulta psicológica en la casa, se afianza su relación con Luis y enfrenta el doloroso encuentro con un Juan moribundo que, arrepentido, le pide perdón y le ofrece todo su dinero. Con ese dinero decide crear una fundación en memoria de María para apoyar a pacientes sin recursos. En 2017 visita su tumba, acompañada de Luis, y rebautiza la vivienda como La Casa del Limonero, símbolo de un nuevo comienzo liberado del peso de la mentira.
DATOS RELEVANTES: Vicky Palm es una blogera y escritora con un poemario autoeditado a sus espaldas. La Casa del Limonero es su primera novela, una historia que combina drama familiar, misterio y crítica social, elementos que le dan un gran potencial audiovisual. Su estructura de doble línea temporal —la investigación contemporánea de Katharina y los flashbacks de la vida de María— permite una narrativa ideal para mantener la tensión. El trasfondo del robo de bebés y la represión psiquiátrica de mujeres en el franquismo aporta un fuerte componente social e histórico. A nivel emocional, ofrece personajes complejos y atractivos y una trama con una fuerte carga emotiva y dramática.
POTENCIAL AUDIOVISUAL: Serie TV, Miniserie, Film, TV Film.
IDIOMAS DISPONIBLES: Español.
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